
Por: Nancy Pérez y Milady Cruz
Fotos: Ernesto Martínez
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Por: Nancy Pérez y Milady Cruz
Fotos: Ernesto Martínez
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Solidario, carismático, risueño, un hombre dispuesto a luchar por las buenas causas, versátil, apasionado por lo que hace, un hombre inteligente y amante del trabajo en equipo… estas son algunas de las cualidades que describen a la perfección al Director General de la Policía Nacional Civil, Comisionado Howard Augusto Cotto Castaneda y a quien logramos sacar la calidez humana que lleva dentro, un poco más allá de la figura pública, que vemos con frecuencia en la pantalla chica. El hijo que siguió los pasos de su padre, el padre de familia, el amigo, el policía… En el especial del Día del padre.
Por: Nancy Pérez y Milady Cruz Fotos: Ernesto Martínez/Cortesía |
Howard Augusto Cotto Castaneda es un hombre de expresión seria, sereno que ante las cámaras nunca baja su perfil, pero que al conocerlo de cerca, se descubre a un ser carismático, risueño, generoso, exigente… a través de su mirada fuerte denotamos a una persona equilibrada, intuitiva, muy sensible, ecuánime y versátil, él reveló que ha traspasado los límites de la pasión por su trabajo, al cual le saca el mayor partido.
Un hombre que respira el amor incalculable de su padre, Don Augusto Cotto, quien fue el mentor de su vida y que aún lo sigue siendo, pues le inculcó valores como la solidaridad con las personas más necesitadas. Su vida giró en torno a ese ser especial, que hizo de su primogénito la calidad de ser humano que ahora es.
“Los padres inculcan muchos valores pero el valor que a mí me mueve y el que en la casa era innegociable era la solidaridad. Ver a una persona sufrir y no hacer nada, eso no era permitido”, exteriorizó.
Es por ello, que hasta la fecha y con el transcurrir de los años le es imposible ver a alguien sufrir.
“La indolencia ante el dolor ajeno no puedo, con las personas más vulnerables, los niños, ancianos, es algo que me taladra hasta que hago algo”, reveló.
Y aunque su relación con sus progenitores fue muy buena aseguró que con su papá mantuvo una correspondencia más fuerte por eso lo recuerda como un ser con quien siempre jugó, le hizo barra para practicar fútbol, acompañó al estadio, mientras su madre también lo acompañó, en el desarrollo de sus sueños de niño.
"Considero que mi madre, una mujer valiente como ninguna, supo sacar adelante sola a sus cuatro hijos, en un país donde no contaba con el apoyo de nadie. Fue una mujer admirable que supo ser el padre, que un día nos faltó", precisó en referencia al incondicional apoyo que su madre le brindó a él y a sus hermanos.
Por eso, la muerte de su padre a la edad de 14 años revela fue muy dura y le afectó mucho por ser muy cercano a él. “Mi relación más fuerte fue con él, de hecho la vida me cambió mucho con su muerte”, expresó con equilibrio, a pesar de que guarda su dolor dentro suyo… “porque la comunicación con mi mamá era normal”.
Comparte que fue su padre un Pastor Bautista a quien le gustaba mucho ayudar a los demás, algo que le trajo contrariedades y por lo que debieron abandonar el país y radicar en México.
Pese a que su madre no era religiosa, sino increyente, ella reconocía: “Que los que creen en Dios, tienen una gran ventaja porque cuando tienen un problema se agarran de Dios”, algo de lo que aún está convencida a sus 80 años.
Infancia de cerca con los yoyos, el trompo y el balompié
Howard Augusto, quien nació en 1965 y salió del país a la edad de dos años, afirmó que tuvo una niñez muy feliz, donde tuvo la oportunidad de jugar desde chibolas, trompo, yoyo, béisbol, básquet ball y su pasión más fuerte el fútbol.
“La niñez la viví en México, como estudiante era bueno, no era la gran lumbrera, pero no dejaba materias”, apuntó.
La relación con sus tres hermanos, dos hombres y una mujer siempre fue bonita asevera y donde ser el mayor requería cierta responsabilidad.
De pequeño recuerda hizo varias travesuras, una de esas fue cuando se organizaron con un grupo de niños del edificio donde vivían y decidieron lanzar huevos a las calles y a los carros que pasaban.
Pero como toda travesura trae sus consecuencias, dice él que una de las personas llegó hasta donde ellos y tocó la puerta, sin esperar que quien saldría fuera su padre, a quien le pusieron la queja de sus diabluras.
Como todo adolescente de 12 años comparte que esperó cuatro días la llamada de atención de su padre, pero nada, la mejor llamada de atención fue ese silencio profundo que dio su papá. Recuerda que le comentó a su mamá porqué se sentía mal, y fue ella quien le aconsejó que hablara con su papá porque era la persona indicada.
Fue así como le contó a él y este no le dio castigo porque ya sabía toda la angustia que había pasado durante cuatro días, pero sí lo puso a lavar el carro para que repusiera el dinero que había pagado.
Entre las balas y el amor
El Director General de la corporación policial y a quien le apasiona escuchar rock progresivo de bandas británicas como Pink Floyd y Queen relata que llegó a El Salvador en 1984 por la guerra, porque en México no lo movía la pasión, mencionó entre risas, ni él se lo creía.
Estudiar en la Unión Soviética, Bulgaria, Cuba, entre otros países, le permitió instruirse tanto en Ciencias Políticas y Entrenamiento Militar, que pudo poner en práctica cuando llego directamente al frente de la guerra.
“Para mí fue bien chistoso porque no había vivido en San Salvador, pues de México me fui a Europa, aquí estuve en San Salvador tres días y luego me fui al Occidente, Santa Ana y ya no salí hasta que se firmaron los Acuerdos de Paz”, rememora con emoción.
Al consultarle porqué decidió incorporarse a las filas de la guerrilla, no dudo, en enunciar que siempre buscó la lucha por la justicia, inspirado siempre por su padre Don Augusto.
“Mi padre jugó un papel fundamental en mi vida, a pesar que él tuvo una virtud porque siempre me habló de estos temas, nunca me indujo”, reiteró.
Incluso sin saberlo su padre mantuvo una relación cercana con Monseñor Romero, por eso solo recuerda que a su casa de México llegó para reunirse con líderes religiosos de otras denominaciones. “Yo tenía 12 años para esa época”.
Pasión por la vida, su trabajo y la familia
Él es también amante del jazz, se describe como un hombre apasionado por todo lo que hace por iniciativa propia, por lo que asegura que si siente pasión, llega hasta los límites de lo que sea, hasta dar la vida si es necesario.
Prueba de ello, es que su entrega total por el trabajo, le hace pasar muy poco tiempo con su familia. “Yo veo a mis hijos despiertos hasta el domingo en la tarde, y los vuelvo a ver despiertos hasta el sábado en la mañana… a veces ni los veo todo el fin de semana. He pasado sin verlos hasta 15 días corridos y sin necesidad de irme a otro país. Si uno no es así en un trabajo no llega lejos y no hace la diferencia”, menciona.
Aunque es consciente que es un rol muy complicado, pero que le mueve más la pasión “y eso por ratos no es ganga”.
“No fui padre tan joven, fui papá a los 30 casi 31, tengo 50 años, mi hija no ha cumplido ni los 20, Sofía tiene 13 y Sergio que tiene casi cuatro”… de hecho, él mencionó que también llega a su casa a la una o dos de la madrugada por estar dedicado a su mayor pasión. “Cuando todos se van, yo me quedo trabajando”.
En cuanto a sus tiempos libres, él no tiene ninguna dificultad en arregla el jardín, la chapa de una puerta, cocinar, ya que en la guerra aprendió a hacer muchas cosas, menos a hacer tortillas… “Aprendí a trapear, lavar ropa, moler en los molinos, de todo un poco”, dijo entre risas.
Entre sus anécdotas, trae a su memoria cuando fue observador policial de las Naciones Unidas en Haití, donde resalta que llegó hasta a cocinarles a los demás agentes y sub inspectores. “Yo les cocinaba espagueti y lasaña”, exclamó.
Y aunque no es muy sagaz en la cocina, sí acepta que disfruta de hacer recetas de lasaña con carne molida, al igual que la de queso con loroco, sus especialidades favoritas y delicia italiana.
En sus espacios de sosiego, disfruta de hacer fotografías, aunque es sincero en detallar que no sabe mucho y nunca ha recibido un curso especializado.
Agrega que un fotógrafo profesional, un día le dijo que hay gente que nace teniendo un ojo para un buen ángulo, y él lo tenía. “Me gusta mucho la fotografía de detalle, agarrar a la gente de lejos, a las personas cuando no se dan cuenta, eso es lo bonito de las fotos, no las posadas”, reiteró.
Su pasión más tangible
Trabajar por 23 años en la Policía Nacional Civil ha sido para él lo más valioso y su pasión más tangible producto de los Acuerdos de Paz. “Resulta ser que para alguien que en su esquema de vida lo mueve algo como el tema de la solidaridad, no creo haya muchos lugares donde uno pueda ser solidario, servir y vivir de eso”, subrayó.
Es por eso que añade que la PNC es eso, aunque prima más la pasión por lo que hace.
Al cuestionarle cómo quiere que las personas lo recuerden, expresó que esa pregunta le queda muy grande, pero que “quisiera que la gente me recordara como alguien que puede tomar medidas drásticas y duras pero que nunca perdió la sensibilidad de un ser humano”, destacó.
“El día que a mí el niño que está llorando por su papá o su mamá no me haga llorar, ya ahí diré me tengo que ir, pero si a mí no me conmueve el maltrato de un niño o un anciano ya perdí el sentido de la vida”, confesó.
Además, como profesional disfruta trabajar en equipo y que al hacerlo valora mucho desde la opinión de un comisionado o un agente. De ellos es quien recibe los mejores consejos y eso no le afecta nada.
Howard Augusto Cotto es amante de la buena lectura como los del escritor Eduardo Galeano; se considera ser una persona no rencorosa, ya que su padre le enseñó algo y que marcó su personalidad: “Cuando le des la mano a alguien, que sea para levantarlo, no para terminar de botarlo, nadie que veas en desventaja tienes el derecho a terminar de dañarlo”… “Si te trataron mal, no trates mal porque ese que te trató mal no tiene nada que enseñarte”, aconsejó durante nuestra plática.
Para el Director General de la PNC, la clave de su éxito estriba en tratar siempre bien a la gente y ser apasionado con lo que hace.
“Yo necesito convencer a la gente, pero no tratándola mal. La fuerza del ejemplo marca, sirve para que vean que como jefe no trato mal. La gente está con uno por convicción no por miedo. Trabajar en equipo no me cuesta”, declaró.
Él cree firmemente que el trabajo en equipo permite que fluyan mejor las ideas, ha adoptado que todos pueden decir lo que piensan siempre con respeto. “Eso crea soluciones, porque hace que el equipo trabaje por un mismo fin”, destacó.
“A veces grandes ideas de acciones policiales las ha propuesto un agente, un cabo, un sargento, las buenas ideas son democráticas”.
Con la convicción de un hombre que dirige a más de 28, 000 agentes, hombres y mujeres soñadores, valientes y que entregan su vida por proteger la de otros seres humanos, no dudó, en abrir su corazón y cerrar esta impresionante entrevista con su frase favorita del poeta cubano Eliseo Alberto Diego: “Si un segundo basta para morir, debe bastar para cambiar”... y en efecto, él fue esplendido porque gracias a la influencia de su padre siempre ha luchado por un mundo más justo.
De botas, insignias y otros sabores… Dios: autoridad ¿Cree en Él? más o menos, responde. Deporte: el fútbol. ![]() PNC: pasión. Familia: solidaridad. Botas: caminos. Uniforme: autoridad. Comida: mariscos Bebida preferida: limonada con soda. Libro de cabecera: Las Venas Abiertas de América Latina y luego una trilogía de libros, pero hay uno que se llama Memorias del Fuego, El Siglo del Viento. Música: Rock en inglés y Latinoamericano. Me gusta Fito Páez, Charlie García, todos esos cantantes argentinos, entre otros. El amor: el motor de la vida. Hipocresía: enfermedad. Mujer: lo máximo. Padres: raíces. El Salvador: maravilloso.
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Su voz inigualable le ha permitido ser, la voz oficial de los actos presidenciales de cinco presidentes salvadoreños, pero más que eso, su gran corazón y enorme calidad humana, así como su profesionalismo, tanto en el área del teatro, la poesía, han hecho Aída Mancía una mujer única y especial con encanto para quienes tienen el privilegio de conocerla de cerca. Diario El Periodista quiere honrar en el mes de las madres, a una mujer que inspira a seguir sus pasos, te invitamos a leer su historia.
Por: Milady Cruz y Nancy Pérez Fotos: Giovanni Lemus |
En un ambiente armonioso rodeadas de vegetación tuvimos la dicha de conocer y platicar de cerca con Aída Mancía, una mujer santaneca que proviene de una cuna muy humilde, pero con gran espíritu luchador.
Su madre es el ser a quien admira mucho porque a base de trabajo y esfuerzos logró sacar adelante a sus hijos después de la separación con su padre.
De su madre además de esos valores humanos, confiesa que heredó esa encantadora voz grave que no le ha abierto puertas, sino portales en su vida.
En medio de una pausa asegura que Dios la protege siempre y es él quien cuida de su voz y de su vida.
Aunque ella advierte que no todo se lo ha dejado a Dios... desde que estudiaba bachillerato en artes en la rama de teatro su recordado profesor, Ernesto Mérida le exigió tener una excelente dicción y modulación.
Es así es como gracias a su profesionalismo llegó a ser la voz oficial de Casa Presidencial, un logro que afirma, Dios se lo puso en su vida, en sus manos.
“En 1994 llegué con la administración del doctor Calderón Sol y gracias a Dios fuí bien recibida y hasta este día me mantengo con el favor de Dios, porque pongo primero a Dios en todo, porque es él quien decide el rumbo de mi vida, él sabe el momento en que me voy a retirar”, confesó.
Al consultarle ¿Cuál considera que ha sido su mayor reto? Sin vacilar expresó que ha sido la labor que ha ejercido. “En mi hoja de vida es lo más relevante que puedo tener, porque trabajar para un Presidente es un honor para cualquier persona, al igual que trabajar para una Primera Dama”, subraya.
Su mayor desafío insiste es que debe estar un poquito preparada siempre porque afirma que el reto es de todos los días, ya que cada evento es un aprendizaje, una lección y un reto porque no todos son iguales.
Entre sus anécdotas curiosas y que comparte entre risas al recordar, enfatiza que en un evento en Sonsonate ella había llevado zapatos altos pero que en la tarima se le desprendieron y tuvo que salir de forma sigilosa y callada para el mercado a comprar un nuevo par…. "Nadie se dio cuenta, pero esos zapatos hicieron historia”, compartió.
Aída Mancía reconoce que trabajar con los presidentes le ha permitido además entender el carácter de las personas. “El presidente Saca toda la vida anduvo sonriente, era raro que él anduviera serio, pero a veces llegaba serio, pero sabíamos que estaba entonces cargado de problemas, porque siempre llegaba alegre”, dijo.
Asegura que al desempeñar su rol no ha tenido tendencias políticas, sino que ha llegado a desempeñar su trabajo, aunque ha habido presidentes especiales para ellos como el ex presidente Antonio Saca y el actual presidente Salvador Sánchez.
Del ex presidente Saca recuerda su carisma y que siempre andaba alegre, además del cariño que expresaba a su esposo, mientras que de Salvador Sánchez Cerén admira su humildad y humanidad.
“El presidente Cerén y la primera Dama son personas especiales, él adora a su esposa y eso es bonito y ella es muy humilde y sencilla, eso la hace grande”, enfatizó.
Para Doña Aída trabajar con el presidente Sánchez Cerén la llena de "orgullo y más cuando se trata de un presidente que tiene mérito, que ha sido diputado, vicepresidente y ahora presidente, pues es sigue siendo una persona humilde y al servicio de los demás, su pueblo, su gente".
Por eso no duda en expresar que con el actual presidente se siente hasta más relajada y por eso merece su respeto.
Aunque no niega que han habido ceremonias de todos los presidentes que le han gustado como por ejemplo cuando se premia algún talento, reparten escrituras de propiedad y que se hace feliz a una familia que por muchos años tal vez había deseado tener su parcelita y nunca fue legalizada.
“Ver esos rostros de felicidad, eso me llena de un gozo enorme porque digo aquí todos tenemos que tener las oportunidades”.
La labor que desempeña para ella, es un rol delicado, pero lleno de satisfacciones... “Con solo el hecho de anunciar un presidente y que ellos me den esa oportunidad, yo se los agradezco enormemente, primero a Dios y después a la oportunidad que me dan porque trato dentro de mis limitantes y mis posibilidades de hacerlo de la mejor manera posible, siendo leal en el trabajo”, relató.
De esta forma, ella ha destacado siendo la primera voz oficial femenina en dirigir los programas oficiales de cinco gobiernos, su admirable tono de voz, la ha llegado a ser una mujer admirable.
“Estoy muy agradecida con los presidentes como Presidente Saca y ahora el Presidente Sánchez Cerén”.
Una niñez en medio de juegos
Doña Aída nos confesó que tuvo una infancia normal, y que vivió en el barrio San Antonio, en Santa Ana. “Yo jugaba jacks, chibolas, salta cuerdas, chancha balancha, todo ese tipo de cosas que quieren ser rescatadas”, explicó.
Comparte que fue educada en una escuela de monjas, pero que su formación básica fue importante porque ofrecieron materias que hoy en día son tan necesarias como Urbanidad, Moral y Cívica, entre otros.
“Creo que tuve esa formación primaria básica y el cariño de mis padres, que también me apoyaron muchísimo. Mis padres se separaron y nosotros nos venimos a San Salvador”, recordó.
Desde pequeña y por circunstancias de la vida asegura que siempre le gustó el teatro, la locución, pues le encantaba comunicarse y por ello jugaba con su hermana de hacer actos especiales, veladas, pero nunca ceremonias presidenciales.
“Es así como me fue gustando y me fui apasionando, el hecho de trabajar en radio porque escuchaba locutores muy respetados con unas voces tan bonitas….aunque yo también parto de ese principio que no hay que tener una gran voz para poder emitir un buen mensaje de aliento”, puntualizó.
En su juventud menciona que siempre le encantó el teatro, a donde llegó por casualidad, ya que nunca le gustó la física, la química y las matemáticas.
“Por esas circunstancias de la vida entré al teatro y después a la radio, porque del teatro me llamó un director de la radio, al teatro me metí para no recibir esas clases que no me gustaban y hallé bonito”, expresa Doña Aída, quien compartió además que es amante de los paseos a la montaña y estar cerca de la naturaleza más que la playa.
Aída Mancía menciona que ha vivido y que también ha comido del teatro... “Incursioné en el teatro con la obra con la cual gané una beca para estudiar teatro y pude salir con los bachilleres de arte en el Centro Nacional de Artes".
“Yo estuve en el teatro Hamlet, fui la madrasta en la Cenicienta con Nelson Portillo. Llevamos obras a Nueva York... “La misma sangre” con Emilio Carballido. Ellos me dieron la oportunidad de poder hacer teatro, he tenido la oportunidad de hacer teatro con personas de la talla de José Antonio Ramírez, mi primera obra fue a la Luz de la Luna”, ejemplificó con su encantadora voz. Ella hizo el papel de la bruja malvada en Los Cuentos de Hada.
Aída, a quien le apasiona la música romántica rememora que su juventud la mantuvo ocupada tanto haciendo teatro, y el trabajo en cuatro emisoras. “Trabajaba en cuatro emisoras empezando en la radio teatro, después a Radio Nacional, YSU, Auto Radio y también grababa en Radio El Mundo…me saturé tanto de trabajo pero me encantaba…tuve una juventud que me encantó tanto que me quedé con un locutor”, confesó.
Ahora al retroceder en el tiempo, dice con orgullo que Radio El Mundo y Clásica son su segundo hogar y familia. “Todo ese equipo ha sido siempre muy lindo conmigo. Son gente muy especial para mi vida y mi trabajo porque cuando llegué a tocar la puerta y me hicieron la prueba grabé anuncios y salí ganando en mi corazón porque sentí que se me abrieron las puertas”.
Ella cuenta con más de cuarenta años en la radio y que le encanta, es un mundo fascinante. “Me gusta la locución porque me puedo comunicar con las personas, sobre todo en la radio”, indicó.
Pero Aída Mancía no solo ha hecho radio o teatro, sino también televisión y por eso experimentó en programas como “Juegue, ríe y gane” con Willie Maldonado.
Una madre 10
Toda mujer para ser madre necesita de una pareja, de un esposo, un soporte y ella asegura que escogió al mejor y quien le acompañó en el caminar de su vida y por eso no se puede quejar.
“Seleccioné al mejor padre del mundo para mis hijos, Roberto fue el mejor padre y esposo, fue mi maestro con quien viví momentos maravillosos”.
Con mucho orgullo y humildad nos detalló que tiene tres hermosos hijos, que ahora son profesionales un ingeniero químico, agrónomo y médico.
“Haber tenido a mis hijos fue el logro más grande como madre, esa fue la realización y maestría, hacer lo que hago, trabajar con la presidencia es el orgullo más grande y el reconocimiento más enorme que Dios me pudo dar en la vida”.
Pero Aída Mancía, como toda mujer, es una mujer muy sentimental y a quien la pérdida de sus seres queridos como un hijo, un hermano, su madre y ahora su esposo le han marcado mucho su vida.
Por eso aconseja a las mujeres que... “A pesar de las lecciones que recibimos hay que ser fuertes, ya me mutilaron por todos lados, cada muerte de un ser querido, la gente que me quiere se ha ido, pero digo debo ser fuerte y dar gracias a Dios los momentos compartidos y las mejores personas por haberlas puedo en mi camino, pienso que me he caído y me he levantado…soy una mujer de valor”.
Y como toda mujer romántica que le encanta la poesía nada mejor que despedir nuestra entrevista con la declamación de un poema de Benedetti.
"El día que me retire de la presidencia quisiera interpretar poesía, pero no escribirla. Quisiera dar recitales en las escuelas que tanto hace falta. Es otra de mis pasiones la poesía. Declamar poemas es el mundo que quiero explorar”, concluyó.
Al instante, respondió... Platillo favorito: Mi plato favorito una sopa de pata, de res o gallina india, comida hecha con amor, carne guisada. Lugar preferido: La montaña, me encanta ir a lugares frescos como juayúa, Apaneca, el Boquerón, Chalatenango, las pilas. Libro favorito: “El valor de ser uno mismo”. Dios: es el ser supremo a quien le debo mi vida. El Salvador: Mi país donde nunca me fui teniendo oportunidades. Sentí que he sido profeta en mi tierra desde los 14 años. Pasatiempos favoritos: Escuchar música y salir a pasear. Un mujer encantada de trabajar ahora con el presidente Salvador Sánchez Cerén. |
A diario miles de televidentes salvadoreños y aún en el extranjero tienen la oportunidad de informarse, a través de Canal 12, con una de las presentadoras y periodistas más ecuánimes y agradable, que vemos a diario. Una mujer muy tierna y con valores incalculables. Hablamos de Célida Magaña, madre joven, quien por su carisma, humildad, sencillez y calidad humana ha logrado alcanzar el respeto, la credibilidad y el amor de todo un país. Con su mirada de ángel lo expresa todo. Diario El Periodista invitó a Célida y a su amada madre Doña Evelyn Henríquez a compartir también un momento de calidad con su hija y sus nietos, a quienes describe como sus grandes tesoros.
Por: Nancy Pérez Fotos: Ernesto Martínez |
Célida Magaña es una joven madre que destaca en el mundo de las comunicaciones al ser periodista y presentadora de noticias de una de las televisoras importantes del país… Canal 12. Una mujer que irradia su belleza pura desde su interior.
Es el fiel reflejo de lo que transmite en la pantalla, donde no necesita de mucho maquillaje para lucir esplendida y radiante, pues la luz que Dios ha puesto en su ser viene de adentro, desde su propio corazón, gracias a los valores y principios que han sido entregados por su madre, Doña Evelyn Henríquez.
Con mucho orgullo pero a la vez con humildad su madre destaca que de sus tres hijos, Célida, que es la segunda, fue la más tranquila y dedicada al estudio.
Inició en la televisión en 2004, tiempo desde el cual cada día le sirvió para su crecimiento profesional y personal.
Pero ¿Cómo combina a la perfección ese rol de profesional y ser madre?
Para conocer un poco más de Célida, cordialmente, abrió las puertas de su casa y su corazón, lo que la hizo mucho más especial por su naturalidad y transparencia.
Comparte que experimentó la dicha de ser madre a la edad de 20 años, Eduardo Andrés ahora de 13 años, su primogénito asegura que fue una bendición.
“Cuando tuve a Eduardo Andrés estaba estudiando aún mi carrera, licenciatura de comunicaciones, iba a tercer año me acuerdo yo y poder tener esa experiencia de seguir en los estudios, cuidar a mi bebé y convertirme ya en profesional y trabajar…llevar a la par esos roles, creo que ha sido una verdadera bendición de Dios”, confesó Célida magaña, quien también ha sido Embajadora de la Niñez y la Adolescencia de World Vision gracias a su carisma, valores y principios.
Con regocijo participa que ha tenido el orgullo de amamantarlos y disfrutar de ese rol de mamá, con las dificultades que tienen muchas mujeres del hecho de ser madres y que deben seguir estudiando.
Su segundo hijo, Diego Alejandro llegó a su vida cuando su primogénito tenía cuatro años y medio, lo que sin duda fue una nueva experiencia, aunque siempre la esperó. “Pero como esto es cuando Dios quiere y no cuando uno lo planifica”, expresó con su precisa sonrisa.
Con Diego revela, que ya tenía la experiencia de cómo cambiar pañales, amamantar, estimularlo, pero no la práctica de llevar los dos procesos al mismo tiempo, sobre todo porque Eduardo Andrés ya iba al kínder. “Comencé de cero, fue una experiencia bonita porque Eduardo Andrés al saber que iba a nacer su hermanito llegó al hospital con un gran rotulo que decía: “Estoy orgulloso de ser el hermano mayor”, detalló .
Ella nos compartió que pequeño Eduardo Andrés, siempre fue un hijo atento, servicial, cariñoso, colaborador, valores que fue formando también en su segundo hijo Diego Alejandro.
Para Célida ser madre joven ha sido el mejor regalo de Dios, ha tenido la oportunidad de disfrutarlos, aprender junto a ellos, porque como menciona no hay escuela o universidad para ser mamá. “Ha sido un gran bendición poder disfrutar hasta de los desvelos”, explicó quién de pequeña siempre soñó tener una familia de joven, y a quien le llegó la bendición.
Reitera que las satisfacciones vienen cada día al verlos felices, ver sus sonrisas, estar con ellos, poderlos apoyar.
Como madre primeriza detalla que lo más difícil que le tocó enfrentar fueron las primeras enfermedades de sus pequeños y que es algo natural porque los niños van tomando sus primeras defensas.
“Es normal que con las primeras gripes vengan las grandes preocupaciones de nosotros como mamás, los desvelos, al inicio que lloren y no poder saber o entender si llora de hambre, sueño, dolor, frío, pero tener ese aprendizaje juntos es una experiencia maravillosa, yo estoy tan agradecida con Dios porque los he disfrutado, he podido tener con ellos tiempo de calidad y cantidad, he disfrutado todo ese proceso de la maternidad”, subrayó Célida, quien disfruta de ser una mujer hogareña.
Aunque detalla que tener que compaginar el trabajo con la atención para con sus hijos ha sido bastante complicado porque trabajo en un medio de comunicación que exige estar en horarios y ocasiones especiales.
Sin embargo confiesa con satisfacción que poder desarrollarse como mamá y como profesional ha sido predominante en su vida.
“Creo que ha sido apasionante poder vivir esa experiencia de tener que ser una mamá muy activa, correr en muchas ocasiones para estar en el trabajo, pero también correr para estar con mis hijos cuando así lo amerita”.
No obstante destacó que en Canal 12 son muy flexibles y en ocasiones especiales, como el día de la madre le permiten poder compartir esas horas con sus hijos en el colegio. “Pedí unas horas para poder estar con ellos y disfrutar esos momentos únicos que se disfrutan una vez al año y que vale la pena vivirlos con junto a ellos”.
Célida con seguridad opina que aunque el trabajo exige, tiene demandas importantes que le apasiona hacer. “Y es que es algo que nos gusta y amamos hacer. Es lindo poder tener ambas cosas a la par y poderlas compaginar, a parte de las otras actividades que siempre corresponde hacer”, reveló.
“Mis jornadas inician a las 4:30 de la mañana y finalizan a las doce del mediodía, eso me permite que cuando mis hijos están en clases, yo puedo estar en el canal y después por la tarde poder dedicarme a otras actividades junto a ellos”.
“Me siento bendecida, soy una mujer plena, feliz, creo que tengo lo más importante en la vida, tengo a Dios en mi corazón, tengo una familia maravillosa, unida y me siento bendecida”. |
Aunque reconoce que cada uno de sus hijos tiene sus propios talentos, sus dones y su personalidad definida, si está de acuerdo que cada uno tiene habilidades diferentes y por eso ha procurado potenciarlas. “Los amo por igual y quiero acompañar para potenciar sus habilidades”.
Salir a pasear a la costa salvadoreña asegura es una de las actividades que más disfrutan en familia y que por fortuna se tiene muy cerca. “Nos gusta hacer turismo interno, los fines de semana procuramos participar en actividades en familia, dedicar ese tiempo para la familia y eso ha sido una de las cosas que nos ha mantenido unidos durante tantos años”.
Una madre dedicada a su hogar
Asimismo, se regocijan de cocinar juntos en familia, hacer pizzas, ya que indica que procura involucrarlos en diferentes actividades de la casa, no solo la cocina, sino también el aseo del hogar.
Pero al consultarle a Diego Alejandro, de ocho años que le gustaba más compartir con su mamá no dudo en expresar que disfruta mucho de los juegos de mesa, como los juegos de Wii, algo que pudimos evidenciar.
A su hijo menor, Célida además de su enorme amor, ha heredado a su pequeño el talento y por eso destaca también en el canto.
Para su hijo mayor, Eduardo Andrés, de 13 años, tener a Célida como madre es tener una figura que le guía, apoya y le ayuda en todo, que siempre está ahí.
“Lo que más me gusta de ella es su entusiasmo, me ayuda con todas mis tareas, su increíble arte que tiene, que creo que de ella heredé un poco porque toco guitarra, piano, violín y flauta. Ella es más de dibujo, pero que es arte es arte”, expresó con mucha seguridad su primogénito.
Su mamá… su reflejo como madre y mujer
Contar con una madre como Doña Evelyn Henríquez, un esposo responsable y amoroso con el que ha unido su vida desde hace 13 años, es parte también de las bendiciones que llegaron a Célida. “El apoyo de mi esposo ha sido fundamental para poder desarrollarme como mujer y mamá”.
A su madre agradece que haya estado, constantemente, dispuesta en apoyarle. “Ella siempre me dio la motivación para cumplir mi sueño, lograr mis objetivos y es parte de lo que yo hago con mis hijos, quiero estar con ellos hasta que Dios me lo permita quiero estar acompañándoles”, precisó.
Su madre, doña Evelyn Henríquez asegura que se siente bendecida de tener una hija talentosa, exitosa…“una buena madre de familia, más bendición no puedo tener. Mis nietos son mi alegría, mi vida, estoy súper entregada a ellos, todos los días me vengo de mi casa y los llevo al colegio para disfrutar más tiempo con ellos, más feliz imposible”, confesó con su voz llena de ternura.
En este día muy especial dedicado a las madres, Célida Magaña envió un mensaje a todas las madres a pedir a Dios para que les ilumine, para disfrutar al máximo ese camino de la maternidad junto a sus hijos. “Que no se nos olvide nunca que tenemos una gran responsabilidad sobre nuestros hombros, de formar nuevas generaciones que se preocupen por nuestro país, por nuestro planeta”, concluyó nuestra invitada.
Doña Dolores Henríquez de Funes es una mujer carismática, jovial, pero sobre todo trabajadora y pujante que ha destacado en el país por su responsabilidad y labor al frente del Instituto Salvadoreño de Turismo (ISTU) que lo sacó de la invisibilidad y ahora se encuentra posicionado en el corazón del pueblo salvadoreño. Te invitamos a conocer un poco más de la mujer del mes de mayo.
Redacción: Milady Cruz Fotos: EP/cortesía
Hablar de doña Dolores Henríquez de Funes es hablar de una mujer que siempre está ocupada y nunca quieta pues en cualquier actividad que se presenta se encuentra muy activa buscando como mejorar las cosas.
Una mujer que desde pequeña se forjó para ser una persona diferente y que siempre aporta algo extra a lo que hace.
“De pequeña fui una niña inquieta, no “nerd” pero si aplicada que pasaba con buenos puestos en la escuela, me gustaba mucho el lado artístico, la oratoria, dones que Dios me dio y que supe aprovechar”, rememora la mujer que agradece a Dios cada mañana por la vida.
Una mujer que desde el 2009 se encuentra al frente de una institución tan bonita como el ISTU, pero que se encontraba en una situación difícil y sin recursos.
Trabajar por el rescate del mismo fue sin duda uno de los grandes retos, pero no imposibles para ella que ya estaba acostumbrada a administrar crisis y resolver problemas.
Aunque confiesa que por momentos se decía “Dios mío y a que me has mandado acá, pero agradecí a nuestro ministro Lic. Duarte y le dije como que me has mandado un poco al Vietnam”, mencionó entre risas.
“Llegué no a despedir gente porque sabía que ellos conocían todo, fue una de las decisiones más sabias que yo tomé porque con esta gente hemos trabajado en equipo y entre todos hemos aprendido a ir resolviendo. Dijimos aquí las debilidades se han acabado y vamos a sumar las fortalezas de cada uno y eso nos ha resultado”, aseguró.
Ahora, doña “Lolita” como de cariño le llaman sus colaboradores y amigos es la encargada de administrar a la perfección los 14 parques nacionales y donde las personas pueden disfrutar de nacimientos de agua en sus parques acuáticos, hermosos parajes, en las más de mil 700 manzanas de extensión.
El ISTU asegura tiene la oportunidad de ofrecer una oferta turística completa desde parques de playa, volcanes, parques de deportes extremos, acuáticos, naturales, acompañados de los buses alegres.
Confiesa que después de hacer un balance de todos los resultados puede ver que después que el ISTU estuvo invisibilizado, ahora está en el corazón del pueblo salvadoreño.
“El ISTU es el turismo social que tiene que trabajar porque toda la familia salvadoreña tenga una opción para recrearse en familia”, afirmó.
Con una sonrisa en sus labios y una apariencia muy segura y serena doña “Lolita” comparte que para junio de 2009 que llegó al ISTU pensó junto a sus colaboradores qué acciones se podían hacer para rescatar la entidad.
Decidirse en hacer festivales fue la mejor decisión y más acertada pues estos se han convertido en toda una fiesta nacional, como el festival del jocote de corona, mango, entre otros y que ahora están posicionados.
Doña Dolores Henríquez de Funes asevera que como gobierno contribuyen al solas esparcimiento de las familias salvadoreñas porque por ejemplo los adultos mayores, niños y personas con discapacidad no se le cobran el ingreso a los parques.
“El ISTU tiene esa virtud de pensar en el pueblo y por eso la gente cree y apoya en los esfuerzos que hacemos”, puntualizó.
Doña Lolita menciona que su interés es que los parques vayan agarrando el protagonismo que les corresponde como rectores del turismo social.
Comparte que aunque no cuenten con un presupuesto propio sí han atinado en hacer alianzas estratégicas con las alcaldías, gobiernos sector privado, por lo que se le está apostando mucho al ISTU.
Para aclarar malos entendidos detalló que no están pensado en privatizar Los Planes de Renderos, Puerta del Diablo y parque Balboa sino más bien en remozar con el fin de dejar buenos legados a los salvadoreños.
“Estamos trabajando en hacer un polo de desarrollo en Los Planes de Renderos que abarcaría el parque de la Familia, Puerta del Diablo, parque Balboa”, detalló
Y aunque reconoce que dificultades siempre ha habido al frente del ISTU y sigan habiendo sabe que existe la voluntad para resolver problemáticas. “Lo más lindo es llegar a una institución y llegar a hacer algo”, dijo.
Una niñez llena de mucho amor y trabajo
En medio de una plática muy amena también le consultamos cómo había sido su niñez, a lo que nos respondió de forma muy sincera que su infancia fue muy bella, pues nació en el vientre de una madre muy bella.
Rememora que en un momento de oración en la iglesia se reafirmó que tuvo una niñez privilegiada donde ser la menor de cinco hermanos la llenó de mucho amor, gracias al cuido de su progenitora, abuelo y parientes.
“Somos de Cojutepeque y mi abuelito jugó un papel muy importante para nosotros. Mi madre nos crió sola, pero tuve la dicha de tener un lindo abuelo que fue como el padre que no tuvimos”, relató con un perfil nostálgico por un momento.
De la secundaria recuerda cuando la reclutaron para que formara parte de los Jóvenes de Cristo, una de las experiencias más lindas porque le ayudó a consolidar y fortalecer sus principios.
Sin embargo, rememora que fue a la edad de los 13 años cuando ella estaba cursando séptimo grado que le entró la inquietud por la política cuando se encontraba de presidente el coronel Molina del PCN.
Destaca que entró en la política bajo la bandera de la Democracia Cristiana de aquellos tiempos y cuando el ingeniero Duarte era el máximo dirigente.
Como toda una joven trabajadora y organizada comparte que destacó como maestra de ceremonia en los mítines, lo que le permitió que la fueran conociendo grandes líderes del partido, quienes la sacarían del pueblo y la incorporarían a las juntas directivas a nivel nacional.
Con el paso del tiempo y el trabajo que quedaba cada vez más al descubierto fue que comenzó a formar parte del Comité Ejecutivo, Político, ser diputada, Vice Ministra, Parlamento Centroamericano, entre otros.
Una madre ejemplar, luchadora y cariñosa
“Venimos de una cuna muy humilde que luchó duro para darnos todo a sus hijos, mi mama era el timón de la familia, yo me parezco mucho a ella. Soy la menor de las hermanas pero todos ellos me respetan”, expresó con sentimiento.
Y aunque confiesa que solo tiene dos hijos, sus sobrinos y nietos son también como sus pequeños a quienes ama con todo el corazón.
Una madre que para sacar adelante a sus pequeños debió trabajar muy duro para y que ahora vea compensado esos esfuerzos.
“Siempre fui muy soñadora con la educación de mis hijos, ellos siempre supieron cuando estábamos bien y teníamos problemas. Los dos han estudiado en el país y también en Estados Unidos, allá están viviendo ahora”, enfatizó.
En cuanto a temas de amores menciona que unió su vida con un ser que conoció haciendo política y con quien se casó un día antes de que su hijo se graduara del colegio para honrar a su pequeño.
“Yo puedo decir que soy una madre feliz con dos hijos que me han bendecido, que son el orgullo realmente para mí, que han sido testigo de todo el esfuerzo que me ha tocado hacer para sacarlos adelante en sus estudios”, mencionó mientras sus ojos se llenaban de nostalgia y lágrimas.
Doña Dolores revela que lo más duro que ha tenido que vivir es conseguir el estudio para sus dos hijos porque prácticamente ella ha sido quien ha llevado la batuta.
Añade que para afrontar ese desafío junto a su esposo decidieron crear una empresa de encomiendas, por eso cuando él viajaba a Los Ángeles, ella iba a Virginia, mientras sus hijos le ayudan en el trabajo.
Confiesa que para poder pagar los estudios de sus hijos muchas veces tuvo que viajar sola a Panamá y Los Ángeles a comprar productos para vender.
“La educación de mis hijos salió del trabajo de las encomiendas y por eso llegamos a tener una clientela fuerte…después ellos me dijeron mami ya nos graduamos…ahora a descansar”, aclaró.
Ahora recordar todas esas etapas de su vida la llena de mucha satisfacción y nostalgia pues sabe que triunfar significa perseverar.
Añade que también le tocó sembrar pipián y maní, así como surtir las tiendas y supermercados, por eso aconseja a las personas no sentirse derrotadas porque la vida es de retos y trabajo.
“Las mujeres tenemos esa doble responsabilidad porque somos madres, cabeza de hogar. Nosotros tenemos que buscar las salidas y las soluciones y trazarnos que queremos ser en la vida… yo siempre me vi como una mujer exitosa desde pequeña”, anotó.
Ahora después de muchos años de esfuerzos y ver a sus hijos exitosos la hace reconocer que valió la pena todos los sacrificios pues ellos también vivieron junto a ella momentos de grandeza y dificultades.
Es por eso que ahora aconseja a las mujeres. “Uno no debe permitir que nadie le ponga límites, uno va a ser lo que quiere ser y llegar donde quiere llegar porque eso es lo grande”, acotó.
Eso la ha motivado a crear oportunidades en los festivales para que se vaya generando el emprendedurismo, ya que es consciente que en esas actividades nace la creatividad.
“Uno lo que necesita son oportunidades y gracias a Dios, él señor fue tan lindo conmigo que me las fue ofreciendo. Cada quien tiene dones que Dios nos ha regalado y de acuerdo a ello hay que explotarlos”, reveló.
“Disfruto mucho el éxito de todos, una parte esencial es que no prevalezca la envidia y el egoísmo en los corazones, porque eso no nos da la paz y yo...gracias a Dios soy una mujer de paz”, reflexionó.
Ahora confiesa que ha ido viviendo la vida según las etapas, es por eso que no se puede quejar de nada sino más bien darle gracias a Dios porque es una persona realizada. “Soy una mujer feliz, una madre orgullosa, con una familia linda y por eso dejo que los problemas pasen por un lado”.
De esta forma conocimos a doña Dolores Henríquez de Funes, una mujer que como legado quiere dejar una institución fuerte y que no la debilite nadie independientemente quien llegue a gobernar.
Tiro al Plato Comida Favorita: Gallina India Fruta Preferida: La granada Color preferido: Rosado vieja, azul Lectura y libro: Isabel Allende, retrato en sepia. El Salvador: Un país bello Cojutepeque: Mi pueblo Lindo Chorizos: No hay como los de Cojutepeque. Mujeres que admira: Su hija, Lic. Isabel Rodríguez, presidenta de Chile. Lugares que más le gusta: El Campo Música preferida: Los Boleros y de las buenas épocas Dios: Mi Padre Celestial, el que me da la fortaleza para continuar luchando y me ha dado tanto. Le debo la honra y gloria a él. Me ha dado oportunidades que yo todavía me quedo y medito se salen las lágrimas porque me ha dado oportunidades para posiciones importante.
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Tiro